En plena década de los veinte, ya casi ningún profesional del marketing online puede obviar el peso que tienen los anuncios en Facebook para lograr los objetivos que se propone. Para nosotros viene siendo habitual últimamente seguir la regla del 60-30-10, es decir: Un 60% del presupuesto de las campañas SEM en Facebook e Instagram, un 30% en Google Ads y el restante 10% lo destinamos a plataformas inhóspitas para estudiar su comportamiento y ver si tienen la conversión deseada.
Claro, antes de que nadie se eche las manos a la cabeza, estamos hablando de una campaña standard, porque depende del perfil del cliente de su target, esta proporcionalidad se va amoldando, evidentemente.